Medicare
Cuando hablamos de salud, tener un respaldo médico no es un lujo, sino una necesidad. En Estados Unidos, uno de los programas más importantes para garantizar ese cuidado es Medicare, un seguro de salud federal diseñado para proteger a millones de personas.
¿Quiénes pueden acceder a Medicare?
Medicare está pensado principalmente para:
Personas de 65 años o más, sin importar cuáles sean sus ingresos.
Personas menores de 65 años que viven con ciertas discapacidades.
Personas diagnosticadas con enfermedades específicas, como la insuficiencia renal crónica.
Esto significa que no necesitas cumplir con un nivel de ingresos para acceder al programa: lo que importa son la edad y ciertas condiciones de salud.
¿Cómo funciona Medicare? Sus diferentes “partes”
A diferencia de otros seguros médicos privados, Medicare se divide en varias secciones, conocidas como “partes”. Cada una cubre un aspecto distinto del cuidado de la salud:
Parte A: Hospitalización
Cubre estadías en hospitales, cuidados especializados y, en algunos casos, atención en centros de enfermería especializada.Parte B: Servicios médicos y consultas
Aquí entran las visitas al doctor, chequeos preventivos, análisis de laboratorio y servicios ambulatorios.Parte C: Medicare Advantage
Son planes privados aprobados por Medicare que combinan las coberturas de la Parte A y la Parte B, y muchas veces incluyen la Parte D. Estos planes suelen ofrecer beneficios adicionales, como servicios dentales o de visión.Parte D: Medicamentos recetados
Diseñada para ayudarte con el costo de tus medicinas, una de las áreas más sensibles para muchos pacientes.
¿Depende de los ingresos?
No. Medicare es un programa que no está condicionado a cuánto ganes. Sin embargo, existe un detalle importante: la prima mensual de la Parte B puede variar según el nivel de ingresos de cada persona.
¿Por qué es importante Medicare?
Porque representa seguridad y tranquilidad. Para quienes cumplen 65 años, saber que existe un seguro federal que respalde sus necesidades médicas significa no tener que enfrentarse solos a los altos costos de salud en Estados Unidos. Y para quienes viven con condiciones de salud crónicas o discapacidades, puede marcar la diferencia entre recibir atención médica o no.